Correodores biológicos, potenciando la conservación

Según la Comisión Centroamericana de Ambiente y Desarrollo, un  Corredor  Biológico, Corredor Ecológico o Biocorredor, es “un espacio geográfico delimitado que proporciona conectividad entre paisajes, ecosistemas y hábitat, naturales o modificados, y asegura el mantenimiento de la diversidad biológica y los procesos ecológicos y evolutivos”.

Es decir, que implica  una  conectividad  entre zonas protegidas y áreas  con  alta  biodiversidad para  contrarrestar  la  fragmentación  de hábitats, siendo en la actualidad propuestos como  herramientas  novedosas para  promover la conservación de la naturaleza.

Se caracterizan por el flujo genético dentro de sus límites y por el desplazamiento de los organismos que no tienen alternativa espacial dentro de él. Ejemplos de biocorredores naturales son las serranías de montaña, para especies montañosas; los ríos para especies acuáticas y bosques de galería en climas áridos, para especies que requieren condiciones más húmedas.

Ahora, un biocorredor natural se convierte en un corredor de conservación cuando se establece un programa que busca que éste no pierda sus características que garanticen los movimientos y flujos mencionados (P.L. Ibisch & G. Mérida, 2003).

“Se tiene conciencia de que la fragmentación de los hábitats y aislamiento de áreas de importancia natural es una de las causas de la pérdida de biodiversidad. Diferentes regiones del país vienen desarrollando iniciativas para mejorar la conectividad entre áreas priorizadas para la conservación con un enfoque de desarrollo sostenible. Lo innovador de dichos procesos, es que se busca asegurar la conectividad de los ecosistemas, fortaleciendo de esta manera el Sistema de Áreas Naturales Protegidas-SINANPE” (Comisión Nacional de Diversidad Biológica).

En la actualidad, los corredores de conservación ya no contemplan sólo factores biológicos o ecológicos en su diseño, sino en la evolución del concepto se incorporó las necesidades de las comunidades, la dinámica económica, política, social y de los servicios ecosistémicos.

Por lo tanto, como lo señala la Comisión Nacional de la Diversidad Biológica, el concepto de corredor de conservación se convierte entonces en una estrategia de desarrollo sostenible que combina la conservación ambiental con el bienestar social.

En nuestro país existen varias propuestas de corredores, siendo la del “Corredor de Conservación Binacional Vilacabamba-Amboró” la primera iniciativa a nivel de la región. A nivel nacional existen 3 iniciativas identificadas:

- Componente Bosque Seco del proyecto “Protección de Áreas Naturales”

-  Fortalecimiento de la Conservación de la Biodiversidad a través del Programa Nacional de ANP

- Desarrollo sostenible de las Comunidades Locales y Conservación de la Diversidad Biológica en el Corredor Biológico Nanay Pucacuro.

 

Vilcabama-Amboró, la gran propuesta de corredor

Este corredor es crucial no solo para este país, sino para todo el planeta, ya que conserva la región de los Andes Tropicales (uno de los lugares más biodiversos del mundo). Abarca 30 millones de hectáreas que van desde la Cordillera Vilcabamba en Perú hasta el Parque Nacional Amboró en Bolivia.

Aunque no lo crea, su superficie aproximada es de 30 millones de hectáreas, desde la Cordillera Vilcabamba en Perú hasta el Parque Nacional Amboró en Bolivia, formando una cadena en la zona núcleo de 19 áreas protegidas que contribuyen a la supervivencia de miles de especies de plantas, mamíferos, aves, peces, reptiles, entre otros.

En ese sentido, la única forma de que este proyecto se haga realidad y cuente con un adecuado manejo y gestión, se apunta a la participación activa de todos los involucrados como el SERNANP, el Servicio Nacional de Áreas Protegidas de Bolivia, poblaciones locales, organizaciones de la sociedad civil y autoridades locales. (Conservación Internacional)

 

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