Te mira. En realidad, te analiza. Mientras, el resto de su grupo familiar huye. Con una especie de berrido que suena más a una carcajada ronca, el guanaco macho, el líder, te advierte que no será fácil acercarte. Por algo dicen que es el más fuerte de todos los camélidos  sudamericanos. No avanza ni quita la mirada de los intrusos. Cuando todos están a salvo, lejos del enemigo, comienza a marchar tras ellos, elegante y soberbio. Imponente.

En la Reserva Nacional de Calipuy, ubicada en la provincia de Santiago de Chuco, en la región La Libertad, no resulta difícil ver grupos de guanacos, aunque sí se requiere un poco de paciencia, debido a que viven en estado natural, totalmente silvestres y a más de 1.800 metros sobre el nivel del mar, en su gran mayoría.

Según el último censo del pasado 7 de setiembre, en la reserva habitan 655 ejemplares, una cifra positiva para esta especie en estado de extinción, ya que representa un crecimiento poblacional de 32%: el año pasado fueron registrados 445 guanacos.

Esta estadística es más que alentadora si se contempla que en el 2009 se contabilizaron 440 individuos, solo cinco menos que en el 2010. En ese sentido, la reserva, que es el límite norte de la expansión geográfica de estos camélidos en Sudamérica y que forma parte del Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado (SERNANP), dependencia del Ministerio del Medio Ambiente, sigue siendo la más habitada por guanacos de todo país con 482 animales adultos, 109 juveniles y 64 crías (chulengos).

A estos se los puede ver caminando en filas, de a uno o galopando más rápido que un caballo entre piedras y arbustos.

En busca de guanacos

Pobladores de siete comunidades de la zona de amortiguamiento de la reserva participaron en el censo. Veintiocho personas partieron desde el Guanacón, uno de los puestos de control de la reserva, hacia los 15 sectores determinados para contar camélidos mediante la técnica de observación directa. Todos salieron el día anterior (el 6), previo plato hondo de cabrito con papas y mucho arroz. El conteo se inició la mañana siguiente.

Tras la jornada, todos tienen algo que narrar. Catalino cuenta, a su regreso del cerro Candela, que un puma, depredador natural de los guanacos, los rondó toda la noche. Otras dos personas dicen que vieron osos de anteojos. Aunque no hay fotografías que prueben sus relatos, se sabe que ejemplares de ambas especies deambulan por la reserva.

El último grupo en llegar, tras seis horas de viaje a paso de mula, fue el del cerro Huacate. Ronald, uno de ellos, narró extasiado su encuentro con un oso de anteojos: “El próximo año volveré”.

Lo que se viene

Fredy Abanto Terrones, jefe de la Reserva Nacional de Calipuy, resaltó el valor que tiene el censo –y más aun este que refleja un crecimiento poblacional– para fines de investigación y monitoreo de los guanacos, ya que sirve para conocer las posibles amenazas (caza furtiva, por ejemplo) a las que está expuesta la especie.

Asimismo, señaló que elaboran varios proyectos, y el principal es el plan maestro de la reserva. Indicó que ese documento guiará las pautas para el desarrollo sostenible de este lugar, tanto en temas ambientales como turísticos.

“Con el plan convocaremos a las autoridades regionales y locales para mejorar tanto la reserva como la vida de los pobladores de nuestro entorno. Ellos son nuestros mejores aliados. Tenemos problemas como el de la minería informal en la zona de Chao, pero sé que vamos a lograr que este refugio sea mucho mejor para todos”, afirma, con mucha fe.

El dato

Para consultas se puede visitar la jefatura de la Reserva Nacional de Calipuy en Santiago de Chuco (Gustavo pinillos 853) o comunicarse al 9450-34320. También se puede enviar un correo a fabanto29@yahoo.es

Fuente: El Comercio